Ingenieras chilenas cultivan verduras regadas con agua salada en el desierto de Atacama

No es la primera vez que se intenta producir plantas con agua de mar, aunque regularmente se somete antes a un proceso de desalación. España e Israel son dos de los países que han tenido éxito en su utilización en la agricultura, según las científicas chilenas.

23-abr-2017

En el desierto más árido del mundo han sido capaces de producir verduras regadas con agua de mar sin desalar. Esto, gracias a un equipo de ingenieras chilenas que han logrado cultivar acelgas y tomates cherry en la zona costera del desierto de Atacama. Las hortalizas no solo no se han muerto con el agua salada y tienen más nutrientes que otras cultivadas por métodos tradicionales y "buen sabor", de acuerdo a lo informado por la Universidad Católica del Norte de Chile, promotora de la investigación.

Las ingenieras agrónomas colocaron las hortalizas en tres niveles: unas con 40 centímetros de tierra debajo, otras con 80 y las últimas con 110 centímetros. El agua marina corría por debajo de ellas. La clave del experimento chileno ha sido que las plantas no reciben el agua por arriba, sino que el agua les llega desde abajo por una propiedad llamada capilaridad. "El ascenso capilar es una propiedad de los líquidos. El agua comienza a ascender y las sales quedan retenidas en el sustrato (la base sobre la que se ha plantado)", ha explicado la directora del proyecto, Natalia Gutiérrez Roa, en un comunicado de la Universidad.

Las mejores acelgas fueron las que estaban más cerca del agua, que llegaron a crecer hasta medio metro. En cambio, los mejores tomates fueron los del nivel más alto, que dieron plantas de hasta 70 centímetros. El experimento se hizo con estas hortalizas porque son las más tolerantes a la salinidad, pero pronto habrá pruebas también con albahaca y quinoa. Las verduras del experimento resultaron, además, más nutritivas que otras, porque el agua de mar es rica en minerales que la agricultura moderna agrega con fertilizantes (nitrógeno, fósforo y potasio), según ha explicado a la web local Mundo Agro un portavoz de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), patrocinadora de la investigación.

Las investigadoras esperan que este proyecto ( con un costo de 34 millones de pesos) se pueda replicar ahora con productores de la zona norte del país, que es la que más sufre la escasez de agua de riego. El mar representa el 97% de toda el agua que hay en el planeta, mientras que el agua dulce no llega al 3%, incluyendo glaciares y mantos subterráneos que no siempre se pueden aprovechar para consumo humano.

Fuente: Infogate

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