Valoran apuesta por la producción funcional a partir de descartes de la agroindustria

Destacan que mucha de la materia prima proveniente del desecho o descarte que genera la agroindustria, posee compuestos bioactivos con importantes propiedades benéficas para la salud (FIA).

15-may-2017

Según la FAO, a nivel mundial el desperdicio de alimentos alcanza las 1.600 millones de toneladas al año, mientras que en Chile, de acuerdo a datos de la Universidad de Talca, el promedio de desechos agroindustriales bordea los 1,5 millones de toneladas anuales. Y si bien desde hace algún tiempo se vienen realizando esfuerzos para abordar esta situación, éstos se han enfocado en la utilización de estos "descartes" para la generación de biomasa o compost, con positivos efectos en materia ambiental pero con bajo impacto en la productividad o agregación de valor para el sector.

Por otra parte, se ha comprobado que mucha de la materia prima proveniente del desecho o descarte que genera la agroindustria, posee compuestos bioactivos con importantes propiedades benéficas para la salud, fortaleciendo el sistema inmune y previniendo patologías no transmisibles como la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Ricos en antioxidantes, fibras y colorantes naturales, residuos como el orujo, la pomaza y el alperujo aguardan su oportunidad para ser transformados en productos de exportación.

Con estos antecedentes, algunas empresas nacionales se han volcado a la industria de ingredientes funcionales y aditivos especializados, e incluso se han formado nuevos emprendimientos que buscan competir en este nicho de negocio de manera sustentable.

Es el caso de Ecocrea, empresa maulina que apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) a través del Programa de Innovación en Alimento más Saludables, está explorando las cualidades funcionales de diversos desechos agroindustriales.

El proyecto propone la obtención de ingredientes funcionales para matrices alimentarias a partir de extractos naturales derivados de subproductos de la industria agroalimentaria de la Región del Maule, como cáscaras de kiwis, colas de espárragos, alperujo de aceite de oliva, orujo de uvas y pomaza de tomates. "La oportunidad de estos ingredientes viene de la tendencia mundial por alimentos con propiedades adicionales a las nutricionales y por una demanda de ingredientes naturales en rechazo a los ingredientes químicos o artificiales", señala Jorge Cifuentes, cofundador y gerente general de la compañía que opera comercialmente bajo el nombre Andes Wisdom Chile.

En opinión de la directora ejecutiva de FIA, María José Etchegaray, el proyecto de Ecocrea aborda de manera innovadora la problemática de los desechos y descartes de la agroindustria, generando un beneficio en toda la cadena de valor, desde el productor primario hasta la industria trasformadora. "No me cabe duda que el desarrollo de ingredientes funcionales de alto valor, para uso en diversas matrices alimentarias, gatillará un aumento en la actividad comercial de las pymes de la región, dinamizando y agregando valor a la economía del Maule".

Según explica Cifuentes, una de las dificultades que presenta la industria de ingredientes funcionales y aditivos especializados es el alto costo de la materia prima. Por eso, el aprovechar aquellos recursos considerados "descartes" por la agroindustria, aparece como una interesante alternativa para desarrollar emprendimientos en esta línea.

El proyecto

La empresa maulina Ecocrea se fundó para incursionar en el mercado mundial de los ingredientes activos y de los alimentos funcionales. "Somos una empresa con énfasis en las exportaciones y con ganas de ser protagonista de la transformación que experimentará la industria alimentaria nacional", afirma Jorge Cifuentes.

Luego de observar el proceso intermedio de frutas y hortalizas, junto a su socio Jorge Olavarría advirtieron la gran cantidad de residuos que se generaban y pensaron que ahí podía existir un valor desaprovechado.

Después de investigar, se percataron que en el mundo estaba en pleno desarrollo el mercado de los extractos naturales con funcionalidades específicas sobre la salud humana. Entonces empezaron a diseñar un proyecto orientado a la producción y comercialización de los mismos.

Cifuentes sostiene que una de las formas para ser competitivo en esta industria a nivel mundial, es utilizar materias primas endémicas o nativas, como el maqui, el calafate, la murtilla, la rosa mosqueta y el boldo. Pero no es la única. "Otra forma de competir es considerar materias primas de muy bajo costo, y en este segmento se encuentran los subproductos de la agroindustria, donde en nuestro caso se ha considerado el orujo de uva, pomazas de tomate y manzana, cáscaras diversas y alperujo, entre otras".

"Los extractos naturales de frutas y hortalizas constituyen ingredientes activos o metabolitos secundarios, los que al ser parte de un alimento u otro producto terminado, lo transforman en un alimento o cosmético con funcionalidades terciarias, es decir, que su consumo favorece el buen funcionamiento del sistema inmunológico, nervioso, endocrino, circulatorio y digestivo", subraya Cifuentes.

Es por esta razón que Ecocrea ha apostado por caracterizar a nivel microbiológico, molecular y funcional cada uno de sus ingredientes. Luego, evaluará su aplicabilidad en alimentos sólidos y líquidos, para finalmente obtener un producto comparable con su competidor.

La propuesta de Ecocrea se centra no sólo en la obtención a nivel técnico de ingredientes a partir de materias primas de descarte, sino que también en la caracterización a nivel microbiológico, molecular y funcional de cada ingrediente. Asimismo, se evaluará la aplicabilidad de cada producto piloto a alimentos sólidos y líquidos.

El impacto de este proyecto es su capacidad para incrementar el valor agregado a los ingredientes funcionales, validarlos a nivel piloto en alimentos y con ello tener una ventaja competitiva con respecto a extractos naturales de otras regiones y países.

"E indirectamente, el completo desarrollo de estos extractos, permitirá mejorar y aumentar la oferta laboral calificada en la Región del Maule, y al crear una demanda nueva, un incremento en la actividad comercial de las pymes de la región", concluye María José Etchegaray.

Fuente:Mundo Agropecuario

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